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Una breve nota desde Zagreb, donde me encuentro  tratando de seguir las huellas de mi padre por esta ciudad, todavía conmocionada (en positivo) por el masivo recibimiento a la selección de fútbol que ha logrado el segundo puesto en el mundial de de Rusia.

Toda la ciudad salió a la calle  a recibir a los subcampeones como si hubieran ganado el mundial. El recibimiento para el que se habían previsto dos horas de fiesta se prolongó durante ocho horas debido a la cantidad de gente que se agolpó en torno al autobús descubierto que apenas podía avanzar  en su trayecto desde el aeropuerto hasta la plaza central de la capital croata.

Lo que más me ha gustado de todo esto es que inmediatamente tras la derrota en el partido de la final, la gente se lo tomó por el lado positivo y todo el país estalló en celebraciones .  Por supuesto que me uní a la fiesta y disfruté de  con todos. .

Estas emociones  se han unido a otras mucho más profundas. Las que siento al recorrer los lugares por donde transcurrió la historia de mis padres. He podido ver el edificio donde estuvo el periódico en el que trabajó el joven Luka  y que acabó dirigiendo  entre 1941 y 1943 cuando el gobierno profascista se lo cerró por motivos políticos. He rezado en la iglesia en la que se casó con Ana , mi madre, he paseado por las calles que frecuentaban cuando eran felices aquí y me he llenado del espíritu de esta ciudad tan entrañable para mí.

En la foto, La estatua del Ban Jelacic en la plaza del mismo nombre con una capa de cuadros rojos y blancos del escudo de Croacia que le pusieron para la fiesta del recibimiento de los jugadores de la selección.

En la imagen destacada, una vista del mercado al aire libre 

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