La formación del periodista
No basta sólo el talento y la vocación. El periodismo se diferencia de la mayoría de las otras profesiones por no tener tan sólo un lugar de trabajo (la redacción), ya que en todos los lugares donde ocurre algo que podría ser interesante y útil para los demás (el público) se encuentra el puesto de trabajo del periodista. Pero aquí no hace falta exponer las características de esta profesión ni analizar programas y esquemas de estudio ni discutir sobre las formas y niveles docentes más idóneos para completar la cultura y la formación de los que quieren dedicarse al quehacer periodístico.
Hablando de la información hay algo mucho más importante que los sistemas y las estructuras formales de unos programas docentes. Se trata de la formación de personas que tendrán en sus manos esa «arma terrible» de la que habla Gunther Erbel, capaz de cambiar los ambientes, la sociedad y el mundo. Y para que ese cambio no sea desastroso, hace falta que esa arma la tengan personas que sepan emplearla para el bien, para la paz, para la prosperidad y para la verdadera libertad de las gentes. Es necesario que sean realmente íntegras, justas, amantes de la verdad, que estén bien preparadas.
Crisis
Es obvio que vivimos en una época de paradojas y de confusión espiritual. Los individuos y las comunidades se diferencian diametralmente al enfocar los problemas más importantes de la vida y del sentido de la existencia del hombre. Chocan entre sí las ideas más opuestas que inciden sobre la vida privada, pública, íntima, moral, etc. Se lleva a cabo una lucha quizás sin precedentes para conseguir una respuesta unánime a las exigencias de la vida social y política. Aún más: esta crisis abarca todas las áreas de la existencia humana, desde las más materiales -las económicas- hasta las morales y espirituales en general.
Junto a esta confusión y el hervir ideológico -con camuflaje o sin él- parece sentirse a cada paso que todas las formas de la vida pública han envejecido y que todos los fundamentos se tambalean. Existe la sensación entre mucha gente de que el presente ya pertenece al pasado y que ha de llegar algo completamente distinto.
De la rutina a lo irrepetible
Esta sensación sólo parcialmente es una esperanza. Más bien es la rutina cotidiana de la vida que corre sin cesar y vuelve también constantemente. Las preocupaciones y las noticias diarias se remozan igualmente en las páginas abiertas de buenas intenciones, en los ensueños realizados o en las desilusiones del hombre, como en los periódicos y revistas que leemos o en los programas que vemos y oímos.
Este tipo de vida prosaica, que es de uno y que es de todos, común y vulgarizadora, toda esta historia pasajera que es siempre nueva y siempre semejante a sí misma, resume para muchos todo el destino del hombre, cuando éste carece de alturas, de perspectivas más amplias de lo que puede ofrecer el tiempo. No obstante, los acontecimientos de la realidad cotidiana, por pasajeros que sean y, a primera vista, sin significado alguno, en cualquier momento pueden convertirse en algo importante y transcendente. Esta vida pasajera, diaria, este tiempo real e irrepetible no cesa de huir de si mismo y de nosotros ¿quién sabe lo que puede ocurrir en un solo día? Quizás nada, quizás todo.
La rectitud del profesisonal
Este es el material que maneja y configura el periodista, consciente o no de que la libertad de la información tiene un doble aspecto: la libertad de recibir y emitir las ideas, las noticias y el derecho a una información veraz y completa, ya que el derecho a la información es la consecuencia necesaria de la libertad informativa. (…)
Al fin y al cabo la rectitud de la actividad informativa depende del profesional, es decir, de su formación, de su concepto de la honestidad y de su conciencia, Porque todo aquél sentimiento opaco sobre el presente, todas las dificultades de la realidad de este vida y de la concepción de sus valores y de su futuro imponen constantemente nuevas preguntas a la conciencia teórica y práctica de la persona. Según cómo son nuestras respuestas sobre el mundo actual, se pone de manifiesto -de una u otra manera- la consideración que merece nuestro presente, es decir, cómo se vive y crea en él. Hablamos en definitiva de la necesidad de una visión del mundo.
Conocer, reconocer, amar y defender la verdad
Y esta época, que no se puede comprender con una visión conjuntamente armónica, en la que esa cosmovisión se encuentra destrozada en mil pedazos en conflicto entre sí, esta época es, sin duda alguna, una época de crisis, de cambios, de decadencia, pero también es el tiempo del retorno a la verdad de siempre , a la única verdad. La relación correcta, audaz y sin treguas entre el periodista y esa verdad es el contenido de la formación esencial a la que quiero referirme. Porque en lo opinable cabe todo el pluralismo y la diversidad que se da o puede imaginarse. Pero ante la verdad (sin adjetivo alguno de artística, parcial, particular, etc.) solo cabe esta actitud: conocerla, reconocerla, amarla y defenderla.
Luka Brajnović

Amar la verdad y defenderla. La mejor manera de ver el mundo.
Agradecido por la lección y por haberla compartido.
Un abrazo Olga.
Gracias por tu comentario. Me encanta compartir los tesoros que me encuentro cuando repaso los textos que me encuentro por casa escritos por mi padre
Con la leccion viva de excelencia que era el propio don Luka, esta reflexion suya nos obliga moralmente a meditar sobre el «deber ser» del periodismo y los periodistas. Y tambien nos obliga a hacer cuanto este en nuestra mano por devolver la dignidad a nuestra realidad periodistica tan degradada y maltratada
Mil gracias Olga por este recuerdo.
Es cierto. Leer esas ideas tan bien expresadas que sabes que salen de la experiencia vivida intensamente, te devuelven la ilusión y la esperanza. A mi personalmente, comprobar cuánta gente ha respondido positivamente a este texto me hace pensar que los profesionales estamos sedientos de reivindicar con los hechos esa dignidad de la que hablas, Pilar.
Svuda na svijetu isto,u Hrvatskoj,Španjolskoj,Americi i Rusiji teško je biti novinar,jedno su ideali i istina ali problem je kad kući moraš svaki mjesec donijeti novinarsku plaču a znaš da moraš lagati i obmanjivati svoje čitatelje.Mi koji smo živjeli u komunizmu stekli smo vještinu prepoznavanju laži ,ljudi su preskakali mnoge stranice i tražili tekstove koji bi mogli biti Istiniti.Slušali smo na radiju glas Amerike i Vatikan i molili se da i nama dođe sloboda i demokracija i dobro i istinito novinarstvo ali smo se mnogi razočarali.Zato ja više čitam konzervativne novine na engleskom i vrlo sam oprezan i izbirljiv.
Ja bi rađe gladovala prije nego laže pisati namijerno. To mije učio tata. On je puno patio jer ni se slažio sa komunisti koji su ga htijeli upotrebljavati za Agitacija i Propaganda tjekom rata. On je mislio de Novinar treba služiti istine i tako je i živio. To što kažete je istina,tolio vrijeme čekajući sloboda na medija i kad so došli ove nove mreže i strane podužeće, sve je krenulo opet prema manipulaciju i slične svari. Mi smo gladli kako se stvara ta transforacija preko 20 ili 30 godina. Ali viste dobili sve taj kaos
Vi ste ušli u taj kaos u jedan čas. Pa to je trebalo biti traumatično.