A mí me parece que fue ayer, pero han pasado ya 21 años desde aquella triste madrugada en la que mi padre, don Luka se nos fue al Cielo. Triste para nosotros, supongo que gozosa para él a pesar de la despedida. Siempre se estaba despidiendo, pero esta vez se iba a encontrar con el mayor de sus amores que era Dios.
Y lo hizo mientras miraba a los ojos al otro amor de su vida, a mi madre Ana. Mientras los demás que rodeábamos su cama rezábamos. Dicen que uno muere como ha vivido. Pues en el fallecimiento de mi padre lo que hubo fue una gran demostración de amor y mucha paz.
Hace ya siete años publiqué en este mismo blog una entrada que voy a refrescar.
yo cuidaba de él cuando estaba hospitalizado y un domingo estando él ya muy mal , puse la televisión de su habitación porque le gustaba oír la retransmisión de la misa. Antes de la Misa estaban retransmitiendo un concierto de los Tres Tenores.
Mi padre había tenido una agradable voz de tenor, no precisamente operística, y en sus idas y venidas de refugiado por Europa había aprendido a cantar canciones de amor en muchos idiomas a la espera de poder cantárselas a su amada Ana cuando se reunieran después de la cruel separación que la guerra les obligó a vivir durante doce años.
Esa mañana, en la televisión de la habitación de la clínica, Luciano Pavarotti se lanzó con una canción napolitana y de pronto oí desde la cama de mi padre una voz débil que decía: Yo me sé esa canción. Y sin más se puso a cantar en italiano una letra que traducida dice:
No te olvides de mí
Mi vida está unida a ti
Yo te amo cada vez más
En mis sueños permaneces tú
No te olvides de mí
Mi vida está unida a ti
Siempre habrá un nido
En mi corazón para ti
No te olvides de mí
No te olvides de mí !
Fue la última canción que cantó. falleció unos pocos días después. ¿Cómo iba a olvidarle? Ni un día de mi vida. Era su despedida dedicada a mí. Aún hoy cuando oigo la canción se me salta alguna lágrima y le digo a él «non ti scordar di me». que buena falta me hace.
__________
He had had a lovely tenor voice, and he was still madly in love. He had learned many love songs for his wife. Also when a cruel war forcibly separated them for a long time. He had wandered thru Europe and learned many languages to sing his love.
A long time after, I was with him in the hospital one sunny morning. He knew he was dying. His blue eyes were closed most of the time. The tv was on, and they were broadcasting the Three Tenors Concert. Pavarotti began to sing an Italian song in a given moment: «Non it scordar di me.»
At the first notes, I heard my dad say. «I know this song.» And with his weak voice, he began to sing to me :
Don’t forget about me:
My life is tied to you
I love you more and more
In my dream, you stay
Don’t forget about me
My life is tied to you
There’s always a nest
In my heart for youDon’t forget about me.
Don’t forget about me.
It was the last song he sang. He died three days after. The melody still makes me cry. It was daddy telling me goodbye. I’ve never forgotten about him.