Agonizó triste
un día ciego y somnoliento
arrastrado a la oscuridad
intoxicado en su vorágine.
Y la tarde joven
partió silenciosa
desde la ciudad hacia las montañas
para encontrar paz…
Yo espero a las estrellas,
porque con ellas
vendrrá a mí de nuevo
como un jinete herido
la calma
Mientras en las calles vacías
bajo mi ventana
se abracen
la risa y la noche
Pequeño poema escrito por Luka Brajnović en Múnich en agosto de 1955 en croata cuando esperaba noticias de su mujer y su hija a quienes no había visto desde hacía más de 10 años. Aparece en su diario y está sin titular. El título del post es mío. La traducción también.